Lo que es mío, es mío, lo que es tuyo, es tuyo

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Nunca es tarde para hablar y enseñarle a un hijo(a) hasta dónde pueden otras personas (adultos y niños) tocar su cuerpo. Lo primero que se recomienda, es enseñarles con naturalidad a reconocer y nombrar las partes de su cuerpo por nombre propio (brazo, cabeza, ojo, vagina, pene).

De igual forma, es necesario indicar que existen unas partes del cuerpo que son íntimas, acá podríamos preguntarnos: ¿Cómo explicarle a un niño en edad temprana qué son las partes íntimas?, pues bien, la clave está en evitar el uso de lenguaje elaborado para ello; como sugerencia podrías decirle a tu pequeño(a) que las partes cubiertas por su ropa interior son las partes íntimas o privadas, de igual forma vale la pena incluir la boca como parte intima.

Una vez haya quedado claro este tema, podemos pasar a la siguiente etapa, en esta vamos a enseñarles a identificar que así como el cuerpo tiene partes privadas, también existen acciones del día a día que son personales y hacen parte de su intimidad, como, por ejemplo, cambiarse/medir ropa o bañarse. Para este punto lo recomendable es enseñar con el ejemplo, el respeto a su espacio desde casa, donde los adultos deben respetarles su privacidad y pedir a los niños respetar la de las otras personas incluidos los padres. Pese a su corta edad, ellos interpretan e interiorizan la información que le brindemos.

A nivel cultural en muchos hogares los padres suelen bañarse con sus hijos, esto facilita el reconocimiento de las partes íntimas, sin embargo, lo recomendable es que, a partir de los 4 años de edad, los niños realicen estas actividades sólo como acompañamiento para las ayudas necesarias e ir poco a poco haciendo que el proceso sea cada vez más independiente de tal forma que antes de los 7 años ya los menores no requieran ayuda alguna para estas actividades. El generar espacios de independencia y confianza en sus rutinas de aseo e higiene personal, evitará que los niños deban buscar ayuda en otras personas (conocidas/desconocidas).

Por último, y no menos importante, se debe brindar espacios de dialogo en casa, para ello es significativo tener momentos para escucharlos, mostrando interés y una mirada de credibilidad por sus historias y relatos; ellos al sentir que sus palabras son importantes para sus padres, aumentarán la confianza de contar todo lo que les sucede. Acá vale la pena enseñarles que existen dos tipos de secretos: los “buenos” como por ejemplo la sorpresa de cumpleaños que están organizando en casa y los “malos” que serán todos aquellos que un adulto pida guardar en donde sus partes íntimas o las del adulto se ven involucradas y que los haga sentir incomodos.


Escrito por: Cecilia Mendoza
Psicóloga Little Cambridge Preschool.