Como padres, cuidadores o docentes de niños y niñas en edades iniciales, tenemos la responsabilidad de conseguir que adquieran competencias personales, emocionales y sociales de manera exitosa, que les permitan adaptarse a contextos diferentes e interactúen de manera adecuada y segura con pares y adultos.
Igualmente, debemos potenciar su capacidad de aprendizaje, brindándoles experiencias, ambientes e interacciones enriquecedoras acordes con su etapa de desarrollo. En ese sentido, es necesario establecer la lengua materna como una base sólida en su proceso de aprendizaje, para que logren un exitoso desarrollo cognitivo a lo largo de su crecimiento.
Durante esta etapa es fundamental trabajar en praxias orofaciales en casa o con apoyo de pedagogas profesionales en el preescolar. Estos ejercicios recomendados para los primeros años de vida están enfocados en aprender a articular los fonemas propios de la lengua materna correctamente, dando así los primeros pasos en su intención comunicativa de manera fluida, sólida y consistente.
De acuerdo con las expertas en educación infantil de Little Cambridge, esta etapa de vida es ideal para iniciar una familiarización con el inglés como segunda lengua, especialmente con acercamientos a través de pictogramas y estimulación sonora. Sin embargo, es importante seguir dando prioridad a los fundamentos de comprensión y expresión oral en lengua materna, así como los primeros garabateos en español para continuar cimentando la base comprensiva, con la cual los niños asimilarán el segundo idioma a través de procesos ya desarrollados de manera natural de lectura y escritura.
A esta edad es recomendable brindarle mayor protagonismo al aprendizaje en idioma inglés, reforzando la fonética inicial en este idioma, junto con la comprensión y expresión oral. Es ideal que los niños y niñas escolarizados aborden sus aprendizajes de matemáticas y ciencias a través de la segunda lengua, reforzando la dimensión cognitiva, para que sus competencias en dos idiomas o más, sean lo suficientemente potentes durante la etapa de la primaria y el resto de su escolaridad.
De acuerdo con Shirley Pinto, fonoaudióloga de New Cambridge School, se pueden destacar cuatro beneficios puntuales para los niños que anticipan el aprendizaje del segundo idioma.
El aprendizaje de una segunda lengua también puede proporcionar beneficios académicos. Se ha demostrado que los niños bilingües tienen mejores habilidades en el pensamiento crítico, mejores habilidades de resolución de problemas y una mayor flexibilidad mental.
Un niño inmerso en la segunda lengua tendrá mayor fluidez con el idioma, en comparación con los que aprenden más tarde. Es una inversión muy valiosa de cara al futuro, ya que vivimos en un mundo cada vez más globalizado y dominar el inglés se hace imprescindible en muchas profesiones.
Algunos de los beneficios cognitivos de aprender inglés durante las primeras etapas de vida son:- Mejores habilidades para resolver conflictos.
- Mejores habilidades de pensamiento crítico.
- Mayor creatividad.
- Mejor flexibilidad mental.
Aprender inglés abre puertas que no se abrirán de otra manera, y también abre la mente y vuelve a las personas más tolerantes. Aprender un nuevo idioma desarrolla la competencia lingüística, se asimila mejor las lenguas (incluida la materna), conocen otras culturas y modos de pensar que pueden ayudar en el desarrollo integral.